¿Por qué a las personas no les gusta hablar de política?
Es época electoral en México, y estamos a pocas semanas de tomar decisiones importantes en nuestro país. Sin embargo a las personas no les gusta tocar ese tema. ¿Quién es el adecuado? ¿Qué propuestas hay? ¿Cuáles son viables?
Cómo sociedad no nos gusta pensar, además que México tiene una larga historia de decepciones tanto en temas presidenciales, como sociales. Somos una sociedad fuertemente dividida pero de eso no queremos hablar. La política nos incomoda, nos hace cuestionarnos, nos hace dudar. Y cuando esto debería de tratarse de un proyecto de nación o de municipio, en el cuál discutamos de los pros y contras de los candidatos, caemos en un juego de críticas infundadas, sobre exposición a anuncios que no te dicen nada más que un nombre, y repudio cuando el tema sale a la luz dentro de una conversación casual.
La política, a final de cuentas, no debería ser algo que se discuta solo en ciertos ambientes, o solo con personas que tienen la misma ideología que uno. La política, debe ser algo social, algo que mueva a los ciudadanos, a los individuos que son participes de ella en su día a día aun sin saberlo, algo de todos, no solo de unos cuantos. Es así como terminamos creyendo que la situación del municipio, estado, o país en el que vivimos es la única y universal verdad en nuestro entorno, y que terminamos criticando infundadamente a otros sectores u opciones que están presentes.
Aristóteles ya decía que los humanos somos seres políticos. Puesto que vivimos en sociedad, y para ello necesitamos organizarnos y coordinarnos para tener una mejor convivencia. Es por ello que los temas políticos, aunque nos incomoden, aunque nos hagan enojar, necesitan ser discutidos. Decía en clase un maestro que las personas no solo deben decir lo que piensan, ni a quien apoyan. Sino el por qué. ¿Qué es lo que hace que un partido, una persona, o una ideología cause emociones de agrado o de desagrado? Analizar por qué apoyamos ciertas ideas y por qué otras nos parecen ignorantes. Entender de donde vienen nuestros pensamientos en un proceso meta-cognitivo para verdaderamente tomar una decisión, como sociedad, queen vez de enojar a un sector, y beneficiar exclusivamente a otro, ayude en el tema de estabilidad social y a vivir como comunidad a pesar de nuestras diferencias.
No estoy estableciendo que todo deba estar politizado, ni que todo deba estar justificado, sin embargo, es importante incomodarnos en este tipo de discusiones. No solo hablar y expresarse sino también escuchar y entender las diversas opiniones. Para eso son las elecciones, no para promocionar a lo loco a ciertas figuras o personas que tienen hambre de poder. Son para plantea una ruta, un proyecto para los siguientes años de nuestra nación. Saber que ideologías son las que están acordes con nuestra situación como sociedad, como estado, como país, e incluso en el marco internacional. Por lo que si te estas incomodando, estas discutiendo, y sobre todo, estas aprendiendo, algo estas haciendo bien.
No hay razón para que no nos guste hablar de política, hay escusas para permanecer ignorantes, para tomar decisiones a ciegas por tener una idea de que nada cambia, y no hay arreglo para los problemas que enfrentamos, por que es fácil ignorar el tema. Es fácil estar cómodo y luego solo culpar a la clase política. Pero a nosotros nos corresponde informarnos de verdad, no solo de los nombres, sino de lo que representan. Y nos corresponde incomodar a las personas, para que mínimo se les despierte un poco de sentido de curiosidad, un poco de esperanza, y algo de duda para que todos tomemos una decisión competente.